Para empezar, vamos a despertar viejas conciencias de aquellos que estamos entre los 30 y los 40 años. ¿Recordáis este anuncio?
Recordando Tricky Bol
Muchos de vosotros habéis tenido que jugar, o lo tuvistéis en casa o lo tenía un amigo cercano. Tricky Bol fue muy popular en los años 90. Una gymkana de habilidad con múltiples pruebas con una canica, donde puedes medirte los tiempos.
Yo nunca lo llegué a tener pero he tenido la oportunidad de jugarlo a lo largo de mi vida en múltiples ocasiones.
Una de los factores que más me gustan de este juguete es la equilibrada dificultad que tiene. Es complicado, sí, requiere conocer cómo van todos los mecanismos para usarlos a tu favor. Unas cuantas partidas, memoria muscular y puedes dominar el juego en un tiempo razonable sin frustración. El digno de alabanza este diseño y el retorno de diversión que da.
Además, como punto a favor, no usa ninguna pila. El cronómetro va a cuerda.
Estoy hablando en pasado, pero en realidad “Tricky Bol”, conocido en países anglosajones como “Screwball Scramble” se sigue vendiendo. Ha cambiado en colores y pegatinas, pero el circuito sigue siendo el mismo que tanta gente se ha atrapado con él.
Pero hay algo que mucha gente en nuestros lares desconoce, en 2010 ocurrió algo. Una pieza de plástico que vino a cambiar la concepción de este juego que más de 20 años llevábamos en nuestra memoria.
Se adapta perfectamente en la parte final, en la campana que hay que marca que has terminado todo el circuito. Se sitúa encima, hace de baipás para desviar la canica hacia un nuevo mundo de posibilidades…
La secuela de Tricky Bol - Screwball Scramble Level 2
En 2010 salió el nivel 2 de Tricky Bol. Un circuito completamente nuevo, totalmente independiente y que trae muchos diferentes desafíos. Misma idea, mismo objetivo. Podría haberse quedado sólamente en eso, si no hubiera sido por “la pieza”.
Esa pieza, une el clásico “Tricky Bol” con el nuevo, ¡duplica el circuito! recupera básicamente un juguete de una generación anterior, que posiblemente estuviera escondido en algún lugar recóndito de una casa y lo revive con sólo esta fantástica pieza.
Aproveché para regalarlo en un cumpleaños a una persona que tiene su “Tricky Bol” desde que era un infante, la sorpresa fue mayúscula y el campeonato que se montó con los asistentes de todas las edades fue muy especial.
No sólo la pieza famosa, la segunda versión no viene con el cronómetro a cuerda que tiene el primero, pero tiene una base para poder engancharlo al igual que el clásico. Son pequeños detalles, pero son unos guiños al usuario que son dignos de mención.
Quiźas la secuela no es tan variada como la primera, se combinan varias veces las pruebas entre sí, dando menos independencia entre ellas. El otro inconveniente es que deja mucho a la suerte varias de las pruebas, sobre todo la última, aumentar ese componente hace perder la cualidad de desafío que tanto ofrece la versión clásica.
Aún así, la tarde se pasa volando jugando con estos cacharros y te puedes montar un campeonato en muy poco tiempo con la gente que tengas a tu alrededor.
Un juego intemporal, que se ha renovado y ha recordado sus orígenes, una decisión muy inteligente por la marca y que se aprecia por todos aquellos que recordamos este juguete con cariño.
Y, como podía imaginarse, sí, se pueden poner ambos circuitos en ambas posiciones. :D
Tampoco es un juguete especialmente caro y su secuela se puede pillar por internet sin mucho problema. Espero que os haya despertado la mente con este post y os haya dado una idea más para jugar con tu familia y amigos.
Feliz año, y que seáis muy felices. :)